Según la Encuesta sobre la Soledad de la UE de 2022, el 13 % de las personas encuestadas declaró sentirse sola la mayor parte o todo el tiempo durante las cuatro semanas anteriores a la encuesta, mientras que el 35 % experimentó soledad al menos de forma ocasional (Comisión Europea, 2022). En 2016, el porcentaje de personas mayores de 65 años que afirmaban sentirse solas la mayor parte o todo el tiempo oscilaba entre el 10 % y el 15 % en Polonia, Portugal e Italia, mientras que en España y los Países Bajos era inferior al 10 % (Sandu et al., 2021). Esta tendencia también se observó en la encuesta de 2022 (Comisión Europea, 2022).
Datos recientes indican que la prevalencia global de la soledad entre personas de 60 años o más es del 26 %, lo que significa que casi tres de cada diez personas mayores experimentan soledad. América del Norte presenta la mayor prevalencia, con un 38 %, seguida de África (34 %), Asia y América del Sur (32 % cada una) y Europa (23 %), mientras que Oceanía registra la prevalencia más baja, con un 13 % (Susanty et al., 2025).
La Comisión Europea ha dedicado importantes esfuerzos a abordar el problema del aislamiento social y la soledad en Europa, especialmente debido a los efectos negativos ampliamente documentados que tienen sobre la salud física y mental de las personas (Hopwood & Mann, 2018; Labit, 2015). Aunque los datos varían entre países, se asume que la soledad y el aislamiento social pueden conducir a una mayor incidencia de depresión y ansiedad social (Kadotani et al., 2022). También se ha detectado, aunque poco estudiado, que estar socialmente aislado de un grupo de amistades resulta perjudicial para la salud mental, lo que abre el debate sobre la inclusión social no solo desde el ámbito familiar, sino también desde las relaciones de amistad (Taylor et al., 2016).
En este contexto, las Naciones Unidas declararon la Década del Envejecimiento Saludable (2021–2030), lo que representa una valiosa oportunidad para abordar el aislamiento social y la soledad (OMS, 2020). Esta iniciativa tiene como objetivo establecer una coalición global, multi actor y multisectorial para sensibilizar a los distintos grupos de interés sobre el aislamiento social y la soledad, mejorar la investigación y reforzar la base de evidencia sobre intervenciones eficaces, así como facilitar la implementación y ampliación de aquellas que ya han demostrado ser efectivas mediante un enfoque colaborativo y participativo (OMS, 2021a). El programa FRIEND busca contribuir a este esfuerzo global abordando estos problemas a nivel local en cada uno de los países socios.