La evidencia del trabajo de Stevens (2001) muestra que la participación en programas destinados al desarrollo de habilidades sociales para establecer nuevas amistades resulta eficaz, aunque pueden existir limitaciones en cuanto al alcance del impacto. No obstante, para el programa FRIEND, los criterios de selección son más amplios que los definidos por Stevens. Podrán participar en el programa personas mayores de 65 años, independientemente de su sexo, que vivan en la comunidad. No es necesario que exista un diagnóstico formal de “sentirse en soledad” o “estar en situación de aislamiento social”, aunque se parte de la base de que el programa puede beneficiar especialmente a quienes se encuentran en estas circunstancias. Además, FRIEND dará prioridad a personas mayores en situación de vulnerabilidad, incluyendo aquellas que enfrentan dificultades económicas, carecen de oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida o se encuentran en riesgo de aislamiento social.A pesar de ello, Stevens (2001) identificó que revelar explícitamente estos criterios podría disuadir a algunas personas mayores (en su estudio, mujeres mayores) de participar en el programa. Por ello, el enfoque se centra en invitar a las personas mayores a iniciar nuevas relaciones y prevenir o superar la soledad y el aislamiento social, siendo el interés y la motivación para explorar nuevas conexiones sociales los criterios más relevantes.
